“HIJO QUERIDO:”
Por: Carmelita Cárdenas
Un libro para compartir y ayudar a sobrellevar
el gran dolor que provoca la pérdida de
alguien muy cercano a tí, ahora en formato
electrónico para compartirlo al mundo.
Terminé el Diplomado de Tanatología, justo una semana antes de que mi querido hijo Miguel Ángel de casi 22 años muriera en un accidente automovilístico en la carretera junto con otros dos chicos. El único muchacho que sobrevivió al accidente, fue quien iba manejando el auto.
Pienso que, debido a diferentes circunstancias, Dios me dio la oportunidad de adquirir ciertos conocimientos de tanatología con anterioridad para apoyarme e ir saliendo adelante en la trágica pérdida que irrumpió en mi vida y en la de mi familia.
Después de unos cuantos meses del fallecimiento de Maiquín -como le decíamos-, me pude ir comenzando a reconstruir gracias a que encontré un incentivo en ir al Hospital General de Celaya (ciudad donde radico), con la intención de aplicar lo que había aprendido en el Diplomado en favor de otras personas, pero sobretodo, para ayudarme a mí misma ofreciendo a otros lo que yo más había necesitado en los peores días de mi horrendo dolor: unos oídos a quién deseara ser escuchado.
Con lo que yo estaba viviendo y lo que veía en el Hospital, me empecé a dar cuenta que muy pocas personas tienen acceso a saber que existe algo que se puede hacer con el dolor que surge cuando se nos presenta cualquier tipo de pérdida en nuestra vida, y ese desconocimiento, tanto en el que sufre la pérdida como en los que lo rodean, puede causar más estragos aún en la vida de las personas.
La gente generalmente, no sabe cómo comportarse frente a una persona que ha sufrido una pérdida, y por ende, muchas veces terminan haciendo todo lo contrario de lo que podría ayudar a esa persona. Por tanto, una de mis intenciones al escribir este libro es, que las personas que están pasando por una pérdida encuentren una opción a su sufrimiento -que a mí me está funcionando-, y que las personas que la rodean puedan comprenderla y ayudarla si eso es lo que desean.
En el Diplomado aprendí acerca de las cinco etapas que la Dra. Elisabeth Kübler-Ross analizó y estudió detenidamente. El aprender a manejar éstas no sólo ayuda a enfermos terminales y en casos de fallecimiento de un ser querido, que era su especialidad, sino que también estas etapas se pueden aplicar para ayudar a sanar cualquier tipo de pérdida en la vida. Si bien es cierto que el conocer y poder manejar las cinco etapas que ella describe en éste proceso no quita el dolor, también es cierto que sí ayuda a hacer algo con él si es encausado debidamente con el fin de ir sanando interiormente de una manera auténtica.
Después de platicar acerca de ésto a algunos de los pacientes del Hospital y a sus familiares, me han dicho que comprenden mejor lo que les está pasando, y gracias a esa claridad pueden tomar mejores decisiones en momentos en que las emociones encontradas están en guerra en nuestro interior y sentimos que nos volvemos locos. También me han dicho, que con estos conocimientos, la comunicación entre los involucrados se torna más clara y mejora. Así se les facilita el ir atravesando situaciones difíciles, porque paradójicamente, ante casos de mucha tensión, suelen surgir conflictos entre todas las personas que se sienten implicadas.
Espero haber sido útil para algunas personas en el Hospital hasta ahora, pero si no ha sido así, ellos a mí, después de mi marido, mis hijas y mi nieto, me han salvado la vida a partir de que mi hijo murió.
Después de poco más de dos años de hacer una visita semanal al Hospital, y darme cuenta de la desinformación que existe respecto al manejo de las pérdidas, sentí la necesidad de hacerlo saber a más personas. En cada visita al Hospital yo prefería dar calidad en lugar de cubrir cantidad, por lo que había veces en que sólo podía acompañar a una persona por visita, y en el mundo hay mucho sufrimiento para avanzar tan lentamente. Yo quería abarcar más. Fue así como solicité al canal de televisión por cable “Vía” de Celaya, que me permitieran hablar en un programa sobre este tema. Muy amablemente ellos, me regalaron seis emisiones de veinte minutos al aire en vivo para éste fin.
Pasado un tiempo, me di cuenta que yo no estaba conforme todavía, pues la televisión por cable tiene corto alcance, y mi deseo es comunicarlo a más personas. Fue entonces que decidí escribir un libro para así poder llegar a otros horizontes. Ya tenía algunos archivos guardados de los programas de televisión y otros con las cartas que había estado escribiendo a mi hijo desde que falleció, las cuáles fueron escritas, en parte con la intención de desahogarme, en parte por la desesperación que sentía de no tener una manera tangible de seguir comunicándome con él, y en parte porque quería dejar un testimonio de cómo iba pasando por las diferentes etapas del duelo descritas por Kübler-Ross.
Éste proyecto lo llegué a ver como algo muy lejano, pues hubo temporadas en que dejé de escribir poniéndome un pretexto u otro. Inconscientemente tenía miedo de remover el dolor, y éste miedo tenía sus fundamentos pues al escribir trabajaba mi pérdida profundamente y eso me llevó a sentirme adolorida también físicamente pues regresé a un periodo de crisis de una enfermedad que padezco llamada fibromialgia, de la cual también incluyo algunos datos en el libro porque muchas personas no saben de su existencia y por éste motivo o no se pueden ayudar a sí mismas, o no pueden ayudar ni comprender a quién la padece. Siendo así, quién la padece y no lo sabe, puede caer en un sinfín de pérdidas.
Según yo, ya estaba capacitada emocionalmente para escribir el libro por haber trabajado mi pérdida suficientemente, pero no era así. Mientras escribía estaba haciendo catarsis sin darme cuenta. Saber que cada vez estaba más cerca de terminarlo, que quería incluir la narración de los primeros momentos después del fallecimiento de mi hijo, que tendría que releer el libro completo una y otra vez para hacer correcciones ¡me costaría sangre! Tuve que dejar por un tiempo el proyecto porque ya no tenía la capacidad emocional para seguir. Esta incapacidad me producía tristeza pues faltaba poco trabajo para que mi deseo se hiciera realidad. El deseo de que la estancia de mi hijo en este mundo deje más regalos si este libro llega a ser de utilidad a quién esté pasando por situaciones semejantes y que se sienta diferente e incomprendido, así como también para que quienes aman a esa persona puedan entenderlo y ayudarlo de manera efectiva.
En la primera parte del libro, empiezo platicando cómo fue que llegué al Diplomado de Tanatología y hablo sobre los diferentes tipos de pérdidas. Continúo exponiendo algo de teoría sobre las cinco etapas descritas por la Dra. Elizabeth Kübler-Ross para la elaboración de un proceso de duelo. Después paso al tema de “Enfermos Terminales” haciendo énfasis en algunos puntos, como por ejemplo, los “Derechos del Enfermo Terminal”, pues según he constatado, existe un gran desconocimiento acerca de ellos. En el capítulo “Visitas”, sin el afán de juzgar, narro algunos casos que he presenciado donde se han cometido, según mi punto de vista, injusticias con el paciente terminal, por lo que considero una necesidad hacer conciencia en las personas de que un paciente en etapa terminal mantiene su dignidad de persona hasta el último momento de su vida. Finalizo la primera parte del libro, con las pérdidas que son irreparables, la muerte de un ser querido. “Todo tiene remedio, menos la muerte”.
En la segunda parte, narro en forma de cartas, como he vivido mi duelo por la muerte de mi hijo. En lugar de esconder mis emociones, es mi intención mostrarlas tal como las sentía, para que así el lector pueda constatar que mucho de lo que primero expongo como teoría, después puedo vivirlo con intensidad. También el lector podrá darse cuenta en diversas ocasiones, que en momentos tan desgarradores otra buena parte de la teoría no sirve para nada. A veces dejo ver la pequeñez de mi humanidad ampliamente, y también se puede apreciar cómo con el tiempo y trabajando en mis sentimientos, voy saliendo adelante poco a poco.
Referencias del Libro
TITULO: “Hijo querido:” AUTOR: Carmelita Cárdenas.
EDITOR: Ma. Del Carmen Cárdenas Primer tiraje: 1000 ejemplares
Se terminó de editar en marzo 2010.
La presentación del libro fue llevada a cabo en la Casa de la Cultura
de Celaya el 17 de marzo del 2010.
El libro actualmente está a la venta en las siguientes librerías:
En Guadalajara y sucursales foraneas de Librerías Gonvill
En Celaya: Librerías Líbelli
En Monterrey: Librería Beityala y su portal de internet
En Librerías El Sótano, sucursales: M.A. de Quevedo, Queretaro y Guadalajara
Descarga el libro en forma
gratuita en formato pdf
Aqui está la dirección de un blog donde puedes leer
comentarios acerca del libro:
http://bibliobulimica.wordpress.com/2011/03/31/libro-hijo-querido/
Contacta con la autora
vía correo electrónico:
contacto@hijoquerido.com